lunes, 11 de agosto de 2008

Amantes


Hola mis migas, siempre pensamos en la otra (o la amante) como la quita maridos, la intrusa, ¿verdad? y mencionarla a muchas hasta se nos enrosca la nariz y ponemos cara de enojo, aunque es bien sabido por nosotras, que también los hombres tienen la culpa por andar de locos, sabiendo que tienen un compromiso en su vida. Andan de ojo alegre buscando a quien mirar o conquistar, como si fueran unos lindos adolescentes en busca del primer amor, qué ridículos ¿no? y luego las esposas tendemos a desquitarnos con la rival, gritándole groserías y obviando la responsabilidad del marido infiel.

Pero, ¿qué pasaría si esa otra mujer fueras tú?
Sí, tú amiga, les contaré de un caso así:

Débora, es una mujer sola, muy linda y deseosa de encontrar el amor, un día en internet conoce al hombre ideal, pero él vive en un país muy pobre, no es guapo, pero en él encontró “algo” que nunca nadie le había hecho sentir: El la hizo sentirse única, amada, deseada, y muy necesitada por él, cada día, a todas horas, entraba en línea de msn, esperando encontrarse con su amor. Él le dijo que era divorciado con dos niños, y nunca tuvo un hogar, que siempre fue desdichado y nunca conoció a su papá, ella muy conmovida creyó en sus palabras y deseó entregarle todo su cariño, dulzura y hacerlo sentir muy amado.

Han pasado dos años, hoy ella se entera que él mintió, él tuvo una vida con otra persona, dejó a su esposa e hijos por esa mujer, y la intrusa terminó dejándolo muy solo y con un hijo a cuestas; Débora esta destrozada, pero algo en el fondo de su corazón le dice que él la ama, y decide darle una oportunidad para ser feliz, un día hablando con su suegra, la señora le comenta que si puede mandar a alguien a su país que si la podría ayudar a mejorar, ya que necesita mucho salir adelante por esos pequeños. Débora le ofrece su apoyo.

Muy pronto conversan Esther (la ex) y Débora por teléfono, se conocen y comienzan a contarse sus vidas, sus sinsabores y cada una comenta lo que espera del amor.

Ambas saben que algo las une pero no quieren hablar, tienen miedo de confesarse la verdad, ambas aman al mismo hombre, (bueno… Esther ya no), el fue su esposo y Débora espera ser la esposa de ese hombre algún día. Esther está a punto de casarse con José un buen hombre que encontró en su camino y que ama a sus hijos tanto como a ella, pero antes de eso necesita salir de su país y labrar un porvenir para ella y sus hijos.

Débora y ella hablan mucho sobre el hombre en común, y Débora le ofrece su ayuda desinteresadamente, le explica los caminos a seguir para ir a su país, tanta es la comunicación y el cariño que ambas sienten por la madre y los hijos del ese hombre en común, que ahora ha nacido un cariño entre ambas, se apoyan, se escuchan se dan consejos, y esperan conocerse en persona.

Débora le ha conseguido trabajo a Esther en la empresa donde labora, y la espera con los brazos abiertos para ayudarla a salir de la pobreza, no sólo eso, la alienta a luchar, le aconseja como seguir amando a su actual pareja y a sus tiernos hijos, ambas se felicitan por sus logros y ahora tienen una gran amistad de cariño, respeto, y amor fraternal, Débora la ve como una pequeña desvalida necesitada de un cariño puro y sincero de amiga, y Esther la ve, como la hermana que nunca pudo tener, ahora ambas se apoyan mutuamente y aunque hay un cariño hacia un hombre que una amó y la otra ama, no es obstáculo para verse y quererse como hermanas. Está ya muy próxima la fecha en que Esther cruzará el continente para encontrarse con Débora, en su país donde se le ofrece toda la posibilidad para ser feliz.

La gente que conoce a Débora no puede entender como la ex esposa y la futura esposa son amigas y se comprenden perfectamente, tanto que Esther ha confiado a sus hijos en manos de Débora para cuando ella tenga la oportunidad de ayudarla a salir adelante, porque sabe que ama tanto al padre de sus hijos, que con nadie más estarían mejor que con ella, “con la otra”.

¿Ustedes qué harían amigas?

No hay comentarios:

Publicar un comentario